23/1/10

Chiflados famélicos

Estaban dos loquitos, que tenían tres días sin comer, en el cementerio. A lo lejos ven un pedazo de pan tirado en el suelo y ambos salen corriendo a todo pulmón, empujándose y golpeándose, hasta que uno gana y de un tirón se lo engulle. El que no comió nada se le queda mirando y con aire de desaprobación le dice:

"¡Cómo es posible que te comas esa porquería! ¡Quién sabe de dónde salió y qué suciedades tendrá!"

Entonces, aquel siente náuseas y vomita todo. El otro loquito rápido comienza a comerse el vómito y a decir:

"Así es como me gusta a mí: calientito".

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