El perro de un abogado entra a la carnicería del lado y se come un
filete frente al carnicero. Este, indignado, va a la oficina del
abogado y le pregunta:
Si un perro se mete a mi carnicería y se come un filete ante mis
propios ojos, ¿Tengo derecho a demandar que el dueño del perro me
pague el filete?
¡Por supuesto que sí!
Entonces, ¡Págueme los 2€ del filete que se comió su perro!
El abogado saca un billete de 2€ y se lo entrega sin objeciones al
carnicero, quien se devuelve a su negocio, apenado por haber
desconfiado del abogado. Una semana después, el carnicero recibe una
cuenta de cobro del abogado por 100€ correspondientes a la consulta.
25/6/10
El perro del abogado
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